En “Historia política de las alambradas”, Olivier Razac explica que “el primer efecto de la frontera equipada con alambres de púas es representar como jauría a quienes intentan penetrar en el interior, tal y como demuestra de manera muy clara el vocabulario utilizado para describirlos. Los guardafronteras españoles disparan balas a la “masa” de esta “avalancha humana”. Estas “hordas” ya sólo son cuerpos que se capturan o “se rechazan”, que “se agrupan” o “se sueltan”, y se los cuales hay que “limpiar” la zona fronteriza (…). Y esta jauría es realmente salvaje porque efectúa verdaderos “asaltos”, a fuerza de escaleras improvisadas. Por tanto, es evidente que hay que “militarizar” la frontera (…). La frontera equipada con alambres de púas intensifica la polarización entre el interior y el exterior de tal manera de que el primero lo sea todo y el segundo nada, con las ilusiones y desilusiones que ello implica (…). De hecho, el alambre de púas, como superficie de confluencia, se sitúa en el corazón del dispositivo de producción y de reproducción del interior como campo biopolítico y del exterior como desierto “tanatopolitico”. (1)
1. Historia política de las alambradas. Razac, Oliver. s.l. : Ediciones Cybermonde SL, 2013, El Atlas de los conflictos de fronteras. Le Monde Diplomatique.